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Mostrando entradas de mayo, 2025

Así te domesticaron: el miedo como vacuna social

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En 1920, el psicólogo John B. Watson llevó a cabo un experimento que marcaría un antes y un después en el estudio de la conducta humana: el experimento del pequeño Albert. En él, un bebé fue condicionado a temer a una inocente rata blanca, asociándola repetidamente con un fuerte ruido que provocaba angustia. El resultado fue claro: Albert desarrolló un miedo intenso no solo hacia la rata, sino también hacia otros estímulos similares, como conejos, abrigos de piel o incluso la barba blanca de Santa Claus. El miedo, como emoción primaria, había sido programado artificialmente. Este experimento no solo habla de la psicología individual. Revela los mecanismos profundos de control de la conducta humana a través del miedo. ¿Y si extrapolamos esto al contexto social, al comportamiento de masas? ¿Y si observamos el manejo del miedo durante la pandemia desde este lente? La sociedad moderna ha perfeccionado el arte de manipular conductas a través del miedo. La televisión, la política...

El consentimiento invisible

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Detrás de lo visible —las leyes, los gobiernos, los medios y los sistemas— opera un entramado mucho más profundo, que no pertenece al plano racional ni explícito. Es un sistema de control que actúa en niveles simbólicos, vibracionales y arquetípicos. Quien no percibe estos planos, juega un juego que no entiende, con reglas que desconoce, y pierde sin saber que estaba participando. Gran parte del control moderno se basa en un marco jurídico comercial derivado del Derecho Marítimo, también llamado ley del almirantazgo. Esta estructura no se aplica al ser humano vivo, sino a entidades ficticias: corporaciones, instituciones... y personas jurídicas. Cuando naces, te registran con un nombre en MAYÚSCULAS (por ejemplo, JUAN PÉREZ). Ese no eres tú. Es un constructo legal que funciona como activo financiero y que queda sujeto a contratos, impuestos y normativas ajenas a tu voluntad consciente. Cada vez que actúas sin objeción —cuando firmas, aceptas, callas o cumples— no estás actu...

¿Psicología para sanar o para obedecer?

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Detrás del telón de la ciencia En la superficie, el Colegio Oficial de Psicólogos (COP) aparece como una institución técnica, objetiva, al servicio de la ética profesional y del bienestar social. Una especie de árbitro neutral que garantiza que la psicología no se desvíe de su camino. Pero bajo esa capa de formalidad, discursos académicos y papeles sellados, se esconde una maquinaria institucional mucho más compleja, más turbia y profundamente funcional a un sistema que necesita obediencia, no conciencia. Este texto no pretende ser una acusación gratuita ni una pieza de conspiración. Es una crónica. Una narración hilada con hechos, silencios, omisiones y estructuras de poder que han convertido a una ciencia del alma en un instrumento de control. Porque cuando la psicología pierde su capacidad de cuestionar, de abrir grietas en la norma, de acompañar al ser humano hacia su soberanía, deja de ser una ciencia de la conciencia para convertirse en una herramienta de domestica...